martes, 1 de septiembre de 2009

joan busquets - areas de nueva centralidad

La ciudad como resultado de planes y proyectos: Desde los tejidos suburbanos a las nuevas centralidades.

Joan Busquets
El proceso urbanístico de Barcelona de los últimas dos décadas permite múltiples reflexiones sobre los necesarios cambios disciplinares que han acontecido y sobre los que todavía tienen que producirse. Los espacios del proyecto sobre la ciudad sea a nivel de la arquitectura urbana o del proyecto urbano han sufrido un desarrollo muy interesante y pueden ser un referente para futuras evoluciones. ÉEs evidente que quedan atrás períodos grises de planeamiento urbano que produjeron desarrollos especulativos en fases claramente expansivas de nuestros mayores asentamientos. También es fundamental entender el esfuerzo disciplinar crítico en el marco académico europeo francés, italiano, sajón, y también español de los años sesenta y setenta en el que aparte una oposición al sistema planificador establecido inspirado en una mala interpretación del movimiento moderno se construyeron unas bases de conocimiento distintas que suponen un referente para los proyectos y planes urbanos más recientes.
Factores clave del desarrollo urbanístico reciente.Algunos factores relevantes del nuevo panorama podrían ser: 1. LA CIUDAD EXISTENTE es un punto de partida para proyectar su futuro y no un dato pasivo del proyecto a largo plazo. Al contrario, el entendimiento de sus formas y de sus capacidades de modificación y transformación permite formular valiosos proyectos de intervención y de mejora urbana. Para seguir en esta aproximación se entiende la ciudad como aquella entidad formada por morfologías distintas en su origen histórico y en la forma como su construcción se materializó y según estas condiciones intrínsecas se podrán introducir estrategias de cambio, a través de proyectos específicos. Así pues unas morfologías tienen formas de organización distintas respecto las otras y actúan como unidades con organización urbana relativamente autónomas. La escuela italiana de los setenta a través de A. Rossi y C. Aymonino estableció buenas pistas para este desarrollo disciplinar. 2. LAS INFRAESTRUCTURAS son el medio que asegura el funcionamiento de la ciudad y a veces explican su propio origen. Su importancia llevó al Movimiento Moderno a descansar en ellas su estructura propositiva: Le Corbusier describía las infraestructuras en comunicación con 7 niveles o vías, correspondientes a distintos niveles en su jerarquía organizativa. El planeamiento convencional todavía otorga a las infraestructuras un valor demiúrgico para asegurar una correcta funcionalidad del conjunto. Fue bajo estos principios que se planificaron mallas de autopistas en las ciudades europeas de la postguerra, que causaron algunas veces mayores destrucciones urbanas que el propio acontecimiento bélico. Instauraron sobre todo unos gap entre la infraestructura terreno de los ingenieros y los bloques inter-vías a desarrollar por los arquitectos con residencia, industria, equipamientos, etc.Y es cierto que hay que asegurar unos niveles de eficiencia, pero estamos descubriendo que hay diferentes formas para asegurar un servicio suficiente y que es necesario evaluar los costes materiales, sociales y culturales de la transformación de las infraestructuras. La ciudad ha de ser eficiente pero también habitable, el uso de las infraestructuras es más adaptable de lo que nunca habíamos pensado. Como ejemplo la discusión entre transporte público y movilidad privada está encontrando en Europa fórmulas de compromiso innovadoras y ejemplares. También la evolución de las distintas infraestructuras comunicación entre partes del territorio está cambiando a una velocidad vertiginosa.Restablecer el rol de la infraestructura como un elemento integrado en la ciudad y al que se atribuye un valor articulador y lleno de significado urbano, más que un separador entre las piezas colindantes. El urbanismo actual pone ahí uno de sus mayores esfuerzos recuperando el valor estratégico y dinamizador de las infraestructuras, pero también su capacidad innovadora en el paisaje urbano y territorial. Se llega así a la hipótesis de que los sistemas urbanos deben ser pensados en redes: que por un lado aseguran su complementariedad y por otro permiten su definición como unidades multifuncionales bien implantadas en su territorio.

3. Reentendimiento del encaje de la ciudad en su macrogeografia aplicando una interpretación próxima a la del F. Braudel parece ser el motivo que guía la orientación de los grandes proyectos urbanos en Europa. Las cuestiones del gran paisaje y de la relación con el territorio son de nuevo primordiales: se explica así la fuerza en recuperar las líneas de borde de la ciudad con el agua los famosos waterfronts, o la conexión de los puertos con las ciudades históricas, la reserva de las valles o cursos de agua,... Son temas que aparecen como leiv-motiv de operaciones estratégicas en Barcelona, Lisboa, Lyon, y tantas ciudades.4. Reconocimiento de que la complejidad del proyecto en la ciudad exige la intervención de distintos actores, que engloban el sector público, el privado pero también sectores asociativos y culturales. Sólo a partir de una correcta inserción de los actores en presencia, el proyecto urbano puede conseguir los efectos dinamizadores en lo económico y en lo social que tantas veces se persigue. De ahí el peso en la acción comunicativa tan presente en el contexto sajón, como puede ser representado en los trabajos de John Forester o de Patsy Healey. Esta capacidad dialogante de los proyectos no significa la negación propositiva en la que a veces se vió sumido el advocacy planning de los setenta, ya que el consenso sólo será efectivo si existe una propuesta previa que pueda ser sometida a esta discusión crítica. Por otro lado ahí radica también el esfuerzo de imagen al que se hallan sometidos los proyectos urbanos, que a veces sucumben a esta tentación olvidando el rigor imprescindible en su argumentación disciplinar.5. La evolución de los proyectos en la ciudad está sometida a una tensión multicultural cada vez más fuerte. Cuáles son las ideas-fuerza en cada contexto está variando con una gran rapidez. La discusión entre la innovación global transmitida por los medios internacionales de comunicación que a veces actúan como cultura lider, y el valor intrínseco de lo local, lo contextual, lo único,... es un tema central. Autores como François Ascher buscan distinguir sus consecuencias en el modelo de urbanización, otros como Joel Garreau apuestan por la fuerza innovadora de esta tensión que, de acuerdo con su argumento, se produce fuera de la ciudad en la forma de edge-cities donde lo nuevo busca el mejor espacio.Pero es cierto que la ciudad hoy es más que nunca un lugar multicultural, tanto por la composición y procedencia de sus residentes, como por la variedad de personas que la visitan y usan de formas muy diferentes. Esto lleva a la necesidad de recuperar en los proyectos una capacidad de simbiosis, es decir de estado activo de estas situaciones buscando un buen reconocimiento de sus valores en sus diferencias.6. El objetivo general de los proyectos de mayor progreso tiende en general a buscar un reequilibrio entre unas partes y otras de ciudad. Entendiendo que la ciudad justa no es aquella que es igual en la forma pero sí la que ofrece un nivel de servicio y de disfrute bastante homogéneo. Estos principios de justicia social que David Harvey entre otros pregonaron desde una interpretación marxista de la evolución urbana se vehiculan a partir de las estrategias más generales sobre los índices del suelo, o de las tasas de urbanización y de la socialización del plusvalor,... Es ahí donde el marco legal debe respaldar el plan y del proyecto urbano para conseguir tales objetivos.Se diría que el marco jurídico viene en nuestro contexto definido por las leyes que casualmente se llaman del suelo y que dan idea de la importancia que este factor tiene en el desarrollo urbano. A veces han sido las leyes las que han dictado la estructura formal de los planes y proyectos en la ciudad, pero conviene reentenderlas de nuevo como el marco a partir del que se produce un desarrollo más racional y equilibrado, aunque no se deben pasar por alto las otras variables.
La recuperación del espacio urbano. Estos factores o dimensiones relevantes pueden explicar el marco teórico en el que los proyectos urbanos se están produciendo. Estamos pues lejos de una teoría única, precisa, bien definida y estamos trabajando en un contexto multidimensional y sobre todo no-lineal como se pensaba en la postguerra, para producir las propuestas de transformación y rehabilitación urbana. Convendría entender que, dentro de aquellos factores, el proyecto o plan de la ciudad y de sus partes ha recuperado la preocupación por la dimensión física que el planeamiento bi-dimensional había casi olvidado. Hoy la práctica del proyecto urbano busca discernir dentro de aquella complejidad: criterios de coherencia física, de composición urbana, de prioridad espacial, que permiten pensar en un renacimiento de la práctica del urbanismo urbano 1 y de la arquitectura urbana1. En este camino no lleno de dificultades se sitúa la discusión del proyecto de nuestras ciudades en el cambio de siglo. La recuperación de un cierto protagonismo de la dimensión física del proyecto o de la estrategia urbana pasa en gran medida por el énfasis en la puesta en valor del espacio público como lugar privilegiado en el hecho urbano: sea en la ciudad central o en el suburbio periférico. Su recomposición atiende a los criterios de integración y simbiosis antes comentados, más que aquellos criterios de orden en la composición urbana de la segunda mitad del XIX y principios del XX: la multidimensionalidad, el uso diferencial de los espacios, su adaptabilidad, obligan a considerar otros criterios en la composición de tales espacios.

Las diferentes lógicas del proyecto urbano.La práctica urbanística reciente se establece con propuestas que corresponden a ámbitos de distinta escala y con niveles de definición diferentes en función de las necesidades programáticas. Si bien describimos factores marco, los planes y proyectos se sitúan con tiempos de desarrollo distintos. Diríamos en el límite que una ciudad trabaja con visiones de su futuro a medio plazo que se articulan con propuestas bastante precisas en algunos elementos de infraestructura, de paisaje, de macrogeografía,... y a partir de los que puede establecer un consenso general como por ejemplo la apertura al mar de la costa de Barcelona que se referirá ampliamente en el libro que después se desarrolla con planes y proyectos con programas más específicos. Pero la ciudad trabaja también simultáneamente con estrategias de mejora y rehabilitación que parten desde la lógica interna de la construcción previa de sus tejidos y barrios.
Una breve aplicación sobre Barcelona. Vamos a intentar el ejercicio de describir una serie de acciones sobre los tejidos e intersticios vacíos de la Barcelona actual, para tratar de entender la manera como puede operar este doble nivel de actuación: 1) desde los proyectos de mejora y reforma interior de los barrios, 2) también desde los programas de mejora de la movilidad y de áreas de nueva centralidad apoyadas precisamente en los grandes espacios obsoletos entre barrios.En efecto, Barcelona es una ciudad que puede ser vista desde la construcción de sus diferentes barrios. En 1981 en un seminario en la Escuela de Arquitectura 2 pusimos en marcha la interpretación de Barcelona desde sus principales morfologías: el casco antiguo, el Eixample y sobre todo desde la lectura de la Barcelona suburbana: Los antiguos municipios alrededor de la Barcelona central (Poblenou, Sagrera, Sant Andreu, Horta, Gràcia, Sarrià, Sant Gervasi, Sants, Poble Sec, etc.) desarrollaron principalmente a partir de la segunda mitad del XIX una serie de interesantes piezas urbanísticas, que constituyen la base que a veces se ha denominado otras Barcelonas. El trabajo demuestra la multitud de proyectos y planes latentes y/o explícitos a partir de los que se construye, modifica y transforma la Barcelona tradicional de los distritos. Desde la urbanización de calles y caminos, los proyectos de plazas, las aperturas de calles que atraviesan barrios, los retranqueos de fachadas, los paseos de conexión interurbana, los proyectos de casas con plaza, las grandes piezas de equipamientos o residencia,... Nos explica la contínua capacidad propositiva que tantas veces se produce con lógica conflictiva pero que finalmente con tiempos distintos produce y renueva la ciudad. Estos proyectos a veces considerados menores respecto las grandes propuestas urbanísticas como la expansión del Eixample sobre el llano pero en su conjunto suponen una articulación proyectual de una entidad comparable y que quizás no debería verse como excluyente. Es a partir de esta lógica que habría que reentender los PERI (Planes de Reforma Interior) de los barrios de la ciudad con la voluntad de añadir nuevos elementos a la ciudad existente que aseguren su rehabilitación y reforma 3. Los objetivos específicos son entre ellos muy distintos: desde la racionalización del viario existente, a la reutilización de suelo vacío interior para equipamientos, jardines o residencia. Parques urbanos como España Industrial, El Clot, Pegaso, etc.Un centenar de plazas y jardines en el conjunto de los distritos encuentran la lógica de propuesta y el marco jurídico nace desde este proceso interno de aquella Barcelona suburbana llegando a constituir una verdadera actualización de su estructura original y conformando un conjunto metropolitano con la ciudad central. Puede así haberse constituido un correcto entramado entre las piezas del puzzle en el que debemos destacar ahora la otra componente externa o general a este proceso interno.
Es aquella que está más preocupada por las reglas generales del funcionamiento del sistema urbano como las infraestructuras, los equipamientos, etc.. Sin duda habrá que buscar la coherencia entre ambas lógicas.En efecto si tomamos el borde superior de Barcelona en el contacto con la montaña detectamos en las estribaciones de Sarrià, Sant Gervasi, Gràcia, Nou Barris, donde la malla viaria histórica es muy unifilar, existen algunas vilas residenciales aristocráticas con grandes jardines que se encuentran fuera de uso, también algunos barrios de vivienda autoconstruida como: Can Caralleu, Can Notari, St. Genís dels Agudells, Roquetes, Torre Baró, etc. La condición de límite urbano hace que estén presentes situaciones tan dispares entre espacios verdes potenciales todavía en dominio privado.Plantear una estrategia conjunta puede ir más allá de la lógica interna de cada distrito o puede sobre todo hacer viable una acción que de otra forma sería muy problemática. Así si se pudo poner en funcionamiento el espacio de los valles entre barrios construyendo ramblas boulevares como Avgda. Foix, Via Augusta en Sarrià, Avgda. Esteve Terrades en Gràcia, vias Parc del Vall dHebrón, Via Julia en Nou Barris, entre otras, que dan una conexión interurbana. A su vez las grandes vilas pueden dar espacio o jardines públicos y equipamientos como Can Altamira, Vila Sicília, torre Groga, la Tamarita, Can Sentmenat, que actúan como espacio de pre-parque entre Collserola y los barrios situados en el límite topográfico. Sin duda es un primer paso en la búsqueda de la coherencia entre la lógica interna y la aproximación más global y comprehensiva en el proyecto de la ciudad. Precisamente esta zona de contacto con la montaña va a exigir futuras discusiones en sus múltiples oportunidades. Los conjuntos residenciales junto a la Ronda de Dalt son un primer paso para soldar estas infraestructuras pesadas con la ciudad.Pero a su vez la ciudad ha llevado adelante propuestas sobre los grandes espacios intersticiales entre barrios que buscan la puesta en marcha de áreas de nueva centralidad, en la búsqueda de disminuir la atracción casi exclusiva que el Eixample central tenía sobre el terciario y las actividades innovadoras.Se trata de una propuesta global con fuerte contenido estratégico que, en su desarrollo, deberá medirse con los datos locales y concretos.La propuesta engloba trece sectores de suelo obsoleto (antiguas industrias, áreas ferroviarias, espacio expectante,...) que a través del cambio en las infraestructuras de transporte y movilidad pueden gozar de una gran accesibilidad en el sistema metropolitano.Los datos del programa de cada área son diferentes y varían de acuerdo con las posibilidades establecidas por el Plan General Metropolitano de 1976 que actúa como cuadro jurídico de las propuestas y con las condiciones contextuales.Esta estrategia se dinamiza con el proyecto olímpico 1992 que pone en movimiento cuatro áreas centrales. Entre ellas destacan por su gran impacto la Vila Olímpica y la Vall dHebrón.
Vila Olímpica, supone la piedra angular que apoya la recuperación infraestructural del frente marítimo de Barcelona. La reinterpretación residencial de la cuadrícula Cerdà permite afrontar unos primeros ensayos en la construcción del gran frente urbano de la ciudad. La escala de la morfología residencial ofrece unos índices y unas cualidades que Barcelona todavía no había podido experimentar en su propio perímetro. La fijación y saneamiento de las playas, los parques y los edificios de equipamiento junto a ellas, significa un aporte fundamental para un centro metropolitano que aspira a convertirse en un centro de servicios de residencia y de turismo. Vall dHebrón desarrolla una nueva centralidad a partir de los equipamientos deportivos y los parques, en una zona altamente poblada y con gran escasez de servicios. El relleno de estos espacios para el uso olímpico permitió elevar el nivel de urbanidad de todo el sector de residencia obrera y dinamizar antiguos equipamientos ya existentes. El refuerzo de los centros sanitarios, el desplazamiento de departamentos universitarios, el uso cotidiano de aquellos servicios deportivos, están consolidando un sector que cobra plena actividad.
Si estas áreas de centralidad gozaron de un gran impulso público dada su condición olímpica, otras han tenido su desarrollo desde la iniciativa privada con la garantía y control público. Ejemplo de ellas pueden ser La Illa en Diagonal-Les Corts, y calle Tarragona entre Plaza España y Sants.Otros sectores todavía en desarrollo como Cerdà, Glóries, Renfe-Meridiana, Diagonal-Mar y Sagrera, ponen en marcha fórmulas de cooperación público-privado.Conviene destacar la distinta trayectoria y el singular proceso para cada proyecto, que sin embargo fueron definidos dentro de un marco estratégico conjunto. Sólo así es posible conseguir un cierto reequilibrio entre zonas ecológicamente más ricas o más pobres de la ciudad. Quizás ahí los proyectos o iniciativas con carga estratégica pueden ayudar a socializar las plusvalías generadas por el crecimiento y desarrollo urbano. En algún caso esta compensación se produce con la aportación de parques y escuelas, o en otros con el espacio público y los compromisos respecto al coste económico de un segmento del sector residencial a construir, o el tipo de uso mixto, etc. Por tanto ahí la necesidad de un enfoque general de la propuesta resulta evidente, si bien será cada uno de los proyectos el que deberá establecer una buena simbiosis con los datos contextuales o internos que nacen de la historia de los tejidos y de las condiciones del lugar.
Los tiempos y contenidos del proyectEn el espectro que brevemente describimos hay propuestas con tiempos distintos, incluso imprevisibles. Es imposible de entrada, en una apuesta estratégica como la descrita, comprometer todos y cada uno de los contenidos aerales o sectoriales, por lo que es necesario explicitar los principios espaciales y compositivos, también establecer una clara definición del problema y de los objetivos que se persiguen,... Quizás sólo así podremos conseguir que los proyectos y las acciones no sufran las consecuencias negativas del paso del tiempo.Es quizás así como se puede avanzar al describir el estado de la cuestión de las propuestas urbanísticas en este cambio de siglo; insistiendo en la condición compleja que preside los factores marco antes enunciados y que son los que nos permiten que podamos barajar todavía proyectos y planes relativamente acotados, bastante compatibles con estrategias urbanísticas de mayor ambición. Restableciendo así nuestro compromiso desde la capacidad de trabajar con los instrumentos disciplinares dentro de piezas enormemente complicadas. Entendiendo desde las experiencias recientes la creciente necesidad de la discusión espacial, del peso del espacio público, de la correcta organización de funciones, de la capacidad simbólica de la arquitectura urbana,... como criterios que exigen de nuevo una revisión del contenido propositivo en la ciudad. En definitiva una nueva apreciación de la exigencia proyectual en su capacidad cultural y de visión hacia adelante del futuro de la ciudad que, finalmente, es bien reconocida.
1.
Términos ampliamente desarrollados en los números 5 y 6 de la revista UR del Laboratorio de Urbanismo, Barcelona 1988, véase principalmente el artículo de M.Solà-Morales en la mencionada publicación.
2.
Véase en J.B et alt. Instruments de projectació de la Barcelona suburbana Annals E.T.S.A.B. Barcelona, 1983.
3.
Puede verse una descripción más precisa en el libro, AAVV Barcelona. Plans cap al 92. Ajuntament de Barcelona, 1987. Más recientemente, véase AAVV Barcelona. La segona renovació Ajuntament de Barcelona, 1997.
Joan Busquets

Se trata, posiblemente, del documento más sintético que generó la Barcelona Olímpica. Elaborado bajo la dirección y conceptos de Joan Busquets, es un documento que sirve tanto para interpretar la ciudad como para transformarla. En él se presentan doce áreas de nueva centralidad de peso y gestión diversos: las cuatro áreas olímpicas y nueve áreas de nueva centralidad de tamaño y gestión variados, situadas en lugares de fuerte transformación, en algunos casos terrenos pertenecientes a antiguas infraestructuras de transporte.A parte de las cuatro áreas olímpicas, las ocho áreas de nueva centralidad obedecen a un modelo similar de gestión basada en la iniciativa y promoción públicas que dirigen las energías y caudales de las inversiones del capital privado hacia unas áreas decididas estratégicamente, de las que esencialmente se define su perímetro. En este sentido, el plano, con sus áreas destacadas con manchas de colores, se convirtió en el documento básico de todas las negociaciones con los distintos grandes operadores privados que intervienen en la ciudad: inmobiliarias, cadenas hoteleras, centros comerciales, grandes empresas, etc. Es por ello que lo podemos considerar el primer intento disciplinar para enmarcar una estrategia de acción urbanística.Del plano destaca su intencionado sistema de representación gráfica. Se pone en valor el espacio público de la calle y la plaza como lo más significativo de la ciudad. Aquí se comprueba la influencia del sistema figura-fondo utilizado por Colin Rowe en su libro ciudad collage (1978), que él mismo aprendió de la planta de Roma de Gianbattista Nolli y de los sistemas de representación basados en la figura y el fondo de las teorías psicológicas de la Gestalt.A pesar de la gran simplificación que el plano supuso, sin detallar el contenido urbano de las áreas de nueva centralidad, se trata de un documento de síntesis que en bien pocas ocasiones la ciudad ha vuelto a generar.Josep Maria Montaner

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